Las Ventas -04/20/2024- Toros de Puerto de San Lorenzo y La Ventana del Puerto para Manzanares, Román y Rufo
El cartel...
Así fue la tarde...
Hoy, me dueles más. Mucho más.
Y lo haces porque he visto como
decenas de aficionados de la Asociación El Toro de Madrid y la Asociación
Cultural Taurina Chenel y Oro invertían su tiempo y dinero en emitir 4.000
ejemplares del Nº62 de “La Voz de la Afición” y 5.000 ejemplares del segundo
poster de “Aprende a ver toros”, respectivamente, para ver como los asistentes
a la cuarta del otoño venteño evitaban cruzar miradas con ellos como si de
Testigos de Jehová se tratase, para, a la postre, explicarles el toreo.
Y sí, quizá existan tantos “toreos”
como “aficionados” podamos contar, pero, permítame cuestionar a aquellos que,
todavía, no han sido capaces de perder siguiera dos minutos en “Aprender a ver
toros”.
La tarde, que quedó condenada el pasado
16 de agosto con el anuncio de los toros de Puerto de San Lorenzo y La
Ventana del Puerto, no vino sino a confirmar que esta ganadería no debe
lidiar más en Madrid. Al menos, en los próximos años.
Y es que, a pesar de que la
presentación cumplió, en líneas generales, con lo que Madrid demanda, volvió la
corrida convertirse en un desfile de mansos, independientemente de si la
procedencia era Atanasio o Domecq, dejando claro que, quizá, el problema no
está en la sangre. De esta ecuación podríamos, no sin esfuerzo, excluir al
primero de la tarde, que, aunque manseando, se dejó; al segundo, que aguantó
dos tandas de suma importancia; y el sexto, que fue el toro más completo de la
jornada. Al tercero, que fue devuelto por una teórica lesión (solo se le vio
mansear), le suplió un “Juanpedro”.
Manzanares acompañó, de
forma ventajosa, las sosas embestidas de sus oponentes, que se sucedieron bajo
los intensos acordes de las palmas de tango y un intermitente sonido de viento.
Y es que a su actuación no la salvaban ni “los que no han aprendido a ver toros”
Román rubricó los compases
de mayor importancia de la tarde. Citó de largo al segundo, un toro que quiso
irse a cada muletazo, pero al que consiguió sujetar dos tandas que reunieron
muchas de las cosas que Madrid demanda. Ambas rematadas con pases de pecho de bellísima
factura. a faena culminó con una persecución al burel, en busca de unos
terrenos que no se tocaron. Y es que, que importantes es tocar el terreno
correcto con estos mansos.
Tomás Rufo, por su parte,
sembró la discordia en el sexto tras pasar desapercibido en el tercero. Lo que
para muchos supuso una actuación meritoria, para otros tantos no pasó de una faena
ventajista, fuera de sitio y sin apenas fondo. Fueron un par los remates que pusieron
a todos de acuerdo, pero ni rastro de aquel torero que conquistase Madrid hace
apenas un par de años. Por aquel entonces, no había lugar a dudas. La petición no
fue atendida y el de Talavera se dio una vuelta para recibir la ovación del 4
-como si del nuevo Juli se tratase-.
El año que viene, volveremos a sufrir a El Puerto un par de tardes, a Manzanares otras tantas y a Rufo más de lo mismo. No por los méritos, sino porque “llenan”. El año que viene volveremos a sufrir la discordia entre quienes pierden dos minutos en corresponder el trabajo de sus iguales, y aprender de toros, y los que no. El año que viene, si esto no cambia, volverás a dolerme.
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