Villaseca de la Sagra - 11-09-21 - Novillos de Monteviejo para “El Chorlo”, Carlos Olsina y Francisco Montero
Así fue la tarde
¡Monteviejo arroya a la juventud en Villaseca!
Seria novillada la que ha presentado Victorino Martín en Villaseca de la Sagra. Acorde a lo que exige la feria de novilladas más atractiva del panorama, los seis de Vega-Villar salieron al ruedo impecables a la par que íntegros. Destacaron, por su juego, tercero y cuarto, que permitieron hacer el toreo, siempre desde la exigencia que habitúan estos animales. También destacó el primero, que a pesar de ser casi imposible hacerse con el, planteó una verdadera lucha a "El Chorlo". El quinto fue un inválido de manual, que no fue devuelto, como si se hizo con el sexto, al que suplió un gran novillo de Baltasar Iban.
Jesús Díez "El Chorlo" fue quien dejó lo mejor de la tarde. Ante el primero anduvo digno. No encuentro otra palabra mejor. Y es que "Cidrón", fue un autentico cabrón. Tampoco encuentro una palabra mejor para describirle. El de Monteviejo pidió papeles, título universitario e incluso doctorado, a cambio de nada. Trató de hacer presa en todo momento, no permitió ni medio y a pesar de ello El Chorlo quiso demostrar que no había ido allí a pasar la tarde. Ovación.
Con el cuarto, un animal de mejor condición, la cosa fue diferente. Sin llegar a estirarse con el capote, colocó al toro en el caballo para que este lo derribase. En el segundo puyazo el picador se tomó la revancha. Me ahorraré calificarle. Con la muleta, en el trasteo inicial dejó entrever de que iba la cosa. Exigió poder el "patasblancas" y quizá pecó de querer entregarse desde el primer muletazo. Poco a poco entendió lo que pedía y terminó dejando detalles por el pitón derecho. Al natural el novillo no tuvo la misma condición, menos recorrido y más genio. Volvió a la mano derecha para aprovechar lo que quedaba por exprimir y lo pasó mal para matarlo después de que en la última tanda se rajase buscando la contra querencia. Media estocada y se apuntó la vuelta al ruedo por cuenta propia el novillero.
Carlos Olsina no tuvo su tarde. Y lo digo de esta forma, porque sin haberlo visto antes, sería injusto decir que no vale. Con su primero no fue capaz de parar quieto, un novillo complicado pero que parecía no hacer más que pedir las cosas bien hechas. Con su segundo, que tenía todavía mejor condición, tampoco estuvo. Arrimones sin verdad ni fundamento para terminar dando un espectáculo bochornoso en la suerte suprema. Momento para pensar si tardes así le merecen la pena. Desde mi humilde punto de vista, la respuesta es NO. Ánimo y nos vemos en la próxima.
Francisco Montero tampoco nos ha sorprendido. A decir verdad, en Céret, nos prometimos no volver a verle, pero si algo merecía terminar con este veto eran Monteviejo y Villaseca de la Sagra. Y en que momento...
A un torero lo resume su tauromaquia y a Francisco Montero lo hace la farándula. Taconeos para citar al novillo, aspavientos continuados y un continuo show procurando engrandecer lo poco que dejó en el ruedo toledano. Hoy, todo hay que decirlo, faltaron sus continuas voces.
Todo esto valió para justificarse con un tercero que, aunque se marchó sin torear, no era para juzgar a nadie por su condición de encastado. Pero por desgracia, volvió a quedar en evidencia ante un fabuloso sexto bis de Baltasar Iban. Extraordinario ejemplar que empujó como mandan los cánones en los dos puyazos que recibió (aún siendo excesivamente largo el interesante primer encuentro). En la muleta no perdió condición, pero quizá si se vino algo abajo a medida que la mediocre lidia que recibía iba pasando. Sin duda el mejor novillo de la tarde a pesar de que, por qué no decirlo, pareció sospechoso en lo que a su integridad se refiere.
Volvió a formar el lío con los palos José Otero, que en el tercero puso a sonar la música para perder los papeles y dar un espectáculo bochornoso que arregló volviéndose a poner de verdad y volver a desmonterarse. También se desmonteró Corruco de Algeciras en el cuarto y escuchó una ligera ovación Jaime Ruiz Soro, que aguantó las embestidas del sexto desde el jaco.
Como detalles, me pareció PENOSO la forma que le dieron al paseillo. Desacompasado a la par que fuera de lugar. Y me encantó que nada más terminó la tarde, el ruedo se inundó de juventud. Y es que igual las cosas al estilo Villaseca de la Sagra, digo, las cosas bien hechas, crean afición.
Tarde dura, que exigió mucha lidia y menos toreo. Tarde de estar toreados con este tipo de toro, en que lo único que se puede juzgar de los chavales son las ganas de ser torero que tienen. Que no es poco.
Comentarios
Publicar un comentario