Las Ventas -01/05/2024- Novillos de diferentes ganaderías para Jesus Moreno, Juan Herrero y Alejandro Chicharro

 El cartel...



Así fue la tarde...

Como cada año, para dar la bienvenida al mes de mayo, la Plaza de Toros de Las Ventas recogió en la primera tarde de la Feria de la Comunidad de Madrid un ambiente festivo. Incentivados por las muchas invitaciones que fueron repartidas a las Asociaciones y Ayuntamientos, fueron casi 15.000 personas las que poblaron unos tendidos que aguardan ya la llegada de San Isidro.

En el cartel, seis ganaderías de la Comunidad, dos debutantes madrileños y un Jesús Moreno que, a las primeras de cambio y tras irse a chiqueros a recibir al primero, de Aurelio Hernando, pasó por el hule, quedando la lidia en el siguiente orden: Aurelio Hernando (1º, Juan Herrero), Montealto (2º, Alejandro Chicharro), Hnos. Sandoval (3º, Juan Herrero), Concha y Sierra (4º, Alejandro Chicharro), Cerrolongo (5º, Juan Herrero) y Ángel Luis Peña (6º, Alejandro Chicharro).

Juan Herrero no dudó en dar pasaporte a un exigente y de pocas opciones novillo de Aurelio Hernando, que minutos antes había cambiado la cara de la tarde tras propinar una fuerte cornada de dos trayectorias al albaceteño. Tras brindarle su muerte al compañero herido, mostró brevemente los defectos sin insistir en las pocas virtudes que demostró el jabonero, cambió los aceros y se dispuso a hacer frente a su lote.
Frente al de Hermanos Sandoval, un novillo de diferente condición, dejó los mejores pasajes de su tarde, que sumaron un par de tandas sin importar el pitón de un ejemplar que se empleó en la muleta con buen fondo y clase, tras dejar dudas en los primeros tercios. Faltó técnica, que suplió con la actitud suficiente para que el tendido sacase los pañuelos. A pesar de ello, la petición fue insuficiente como para como tocar pelo.
Puso el broche a su lote un cuajado ejemplar de Cerrolongo que dejó embestidas a medias y, aunque sin maldad, se vino por dentro en muchos de los pasajes que procuró imprimir el madrileño. Hubo clase y buenas intenciones, pero la falta de fondo y transmisión, unidas a que el animal no se vio obligado a embestir ligado y por bajo, sentenciaron una faena que sirvió para saludar una ovación.


Alejandro Chicharro trenzaba su tercer paseíllo en la Plaza de Toros de Madrid. Tras sus dos actuaciones como novillero sin picadores en la final del Camino Hacia Las Ventas, donde solo la espada privó al mirafloreño del triunfo, a la tercera, fue la vencida.
Protestado fue el primer apéndice de la tarde, que cortó a un buen novillo de Montealto. Sobraron clase y recorrido, pero el ejemplar terminó por cantar la gallina en las últimas tandas, lo que dejó dudas de si, con un punto más de exigencia, habría durado lo suficiente como para construir una faena de triunfo. Se arrancó de largo en varias ocasiones para ser mimado en la muleta de un Alejandro vertical, repitió con elegancia, no llegando a levantar los tendidos pero si calando en un público con ganas de colorear una tarde que había comenzado gris. Las manoletinas finales caldearon en ambiente, pero la espada no fue efectiva y el madrileño escuchó dos avisos. A pesar de ello, el tendido se tiñó de blanco cuando el novillo dobló y el presidente concedió el excesivo premio, en vistas de la petición mayoritaria.
Otra dimensión demostró ante el complicado ejemplar de Concha y Sierra. Con muchas teclas a tocar, Alejandro no dudó en meterse en sus terrenos, llegarle al hocico y arrancar embestidas ya fuesen de a uno o ligadas en breves tandas rematadas con firmes pases de pecho. Una faena tan meritoria como compleja, que el tendido no llegó a comprender.
Más fácil de ver fue su actuación frente al encargado de cerrar plaza, un novillo de Ángel Luis Peña que guardaba un cortijo en su pitón izquierdo. Así lo entendió Chicharro, que tras poner los tendidos patas arriba en un emocionante comienzo de rodillas, recetó tres sensacionales tandas al natural que sirvieron, junto a una ejemplar estocada, para poner a todo de acuerdo y rematar una tarde que le abriría las puertas del cielo.



Y llegados a este punto, me cuesta no ser imparcial.
Porque conozco el trabajo que hay detrás de este triunfo. Los sinsabores y complicaciones de donde viene y la ambición con la que afronta el futuro. Lo duro que ha sido tomar las decisiones que ahora lo colocan donde esta: estrenando apoderados con una ilusionante temporada por delante, tras alzarse al cielo de Madrid. Aguarda San Isidro, donde todo será diferente, pero no duden que, al novillero al que hoy le conceden, allí estará, entregado a una plaza que sueña como suya.


Y por supuesto, pronta recuperación Jesús.

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