Las Ventas -17/04/2022- Toros de El Montecillo para Curro Díaz, Sergio Serrano y Tomás Campos
La previa
Tan madrileño suena el "domingo a domingo" como pueda sonar del gusto de su afición el cartel del Domingo de Resurrección.
Una de esas tardes sin grandes nombres, pero llena de interés. Toreros de un corte sencillo, clásico, sin alardes pero sobrados de buen gusto y una ganadería que puede tener mucho que decir, son los alicientes para que, hoy si, pueda ser.
Así fue la tarde
No nos equivocamos cuando en nuestra previa planteábamos nada más y nada menos que una "tarde a la madrileña" y es que para el Domingo de Resurrección la terna y los de El Montecillo han dejado una tarde de opciones y detalles.
Se han lidiado seis toros de El Montecillo muy parejos, sin excesos o incluso algo justa, en cuanto a la presentación se refiere, donde fue protestado el quinto por quedar algo lejos de sus hermanos y publicarse una imagen con los pitones "de aquella manera" en el apartado. Por juego ha destacado el cuarto, muy enclasado pero al que le faltó romper en la muleta de Curro Díaz, si bien, aunque descastado, el encierro ha tenido posibilidades casi en su totalidad. El sexto hubo de ser devuelto por inválido, pero una vez más el presidente hizo caso omiso a una obviedad. Los seis, pasaron "de puntillas" por el caballo.
La tarde de Curro Diaz hizo honor a su papel actual en el escalafón, que no es otra que la de un torero de sobrada condición pero que por unas y otras cosas no redondea tardes para pasar de los 10-15 contratos. Fue su lote el que más opciones prestó de los tres. A su primero le costó formarle faena a pesar de los pasajes sobrados de gusto que le brindó durante toda la lidia. Cuando le entendió que la distancia era algo más larga todo cogió tono, pero sin llegar a romper en ningún momento. Remató por bajo y lo pasaportó con una caída efectiva.
El cuarto salió desentendido desde el principio. Entre frio y manso, dejó claro que le sobraba la clase, pero que quizá le faltasen las ganas. En el capote lo laceó con gusto Curro Diaz y tras el paso protocolario por el caballo, donde poco quiso saber, se dispuso a meterlo en la muleta el de Linares. Y lo consiguió. Lo probó con gusto por bajo, intercaló derechazos y naturales de buen trazo aprovechando la sobrada clase de su oponente y caló en muchos momentos en el tendido madrileño. Perdió el sitio y abusó del pico en varias ocasiones, pero cuando conseguía llevarlo despacio y con su naturalidad característica, pareció algo perdonable. Entre tanta clase faltó algo de fondo, sobre todo embistiendo por el izquierdo, pero sin duda, el toro fue extraordinario para el toreo de un Curro que pudo cuajarle 10 o 15 de gran nota. Falló con los aceros dejando otra estocada caída y una vez más, dejó un triunfo a medias. Vuelta al ruedo.
Sergio Serrano dejó claras sus intenciones en la salida del segundo de la tarde, al que fue a recibirlo a toriles, donde dejó momentos de mucho peligro. Lo paró a la verónica en los medios y se fue sin decir mucho a por la muleta. Protestón, hubo que poderle, cosa que tardó en entender un par de tandas Serrano. En los medios se hizo con el y mientras veía como se apagaba fue probando distancias y pitones sin resultado alguno. Se justificó de a uno, de frente y en el sitio antes de pasaportarlo.
Con el quinto no hubo decoro alguno con el capote. Crudo, se arrancó a los vuelos de la muleta de Serrano, que lo esperaba de rodillas en los medios, donde dejó una buena serie. Con la prontitud por bandera, fue complicado ligarle muletazos, afeando muchas de las suertes y dejando clara su falta de fondo. Se apagó a la par que demostró cada vez más peligro, sobre todo por el izquierda. Tras un pinchazo, recibió la segunda ovación de la tarde.
Lo que menos dijo de la tarde cayó en manos de un Tomás Campos que, a pesar de querer decir algo, no fue ni capaz ni afortunado. Digo capaz porque le costó acoplarse con el tercero de la tarde, al que dejó alguna tanda de gusto y valor después de trastearlo de mil y una formas, en una faena que debió decir mucho más. Y digo afortunado, porque el sexto fue un invalido de manual que no permitió triunfo alguno. Llegó con este lo menos madrileño de la tarde, con una faena excesivamente larga a un toro que no tuvo nada que decir desde el primer momento.
Tarde de poco más de dos horas. Faltó chispa, hubo destellos de sobra. Una tarde más y que la peor sea como esta.
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