Las Ventas -03/04/2022- Novillos de Sánchez Herrero para Carlos Olsina, José Rojo y Daniel Barbero
La previa
Segunda fecha de la temporada madrileña y segunda novillada. Turno en este caso para Carlos Olsina, José Rojo y Daniel Barbero que se verán las caras con un encierro de Sánchez Herrero, que tan buen sabor de boca dejó en 2019.
El francés, que comparece por segunda vez en el coso madrileño, tendrá su última oportunidad para dar un toque de atención ante la más exigente de las aficiones antes de tomar la alternativa, pues está anunciado junto a J. M. Manzanares y Paco Ureña en Béziers el 18 de junio.
Por su parte José Rojo, tras ser una de las sensaciones del certamen de novilladas de Villaseca de la Sagra, se ha ganado a pulso su presentación en la primera plaza del mundo. La afición lo espera y el es consciente de ello.
Cerrará cartel Daniel Barbero, que hará el paseíllo por segunda vez en Madrid con la vista puesta en una posible alternativa a final de temporada. Deseando que pasen cosas , buenas, y que su concepto clásico "de llevar a los toros por debajo, hasta detrás de la cadera”, con el que el mejor se siente, llegue al tendido.
Así fue la tarde
Quizá sea el más claro indicio de una mala tarde de toros ese momento en que uno coge el coche de vuelta a casa y mientras trata de darle vueltas a lo sucedido, va haciéndose a la idea de que no será fácil escribir la crónica del festejo. Y eso, por desgracia, es lo que hoy toca contar.
Toca contar que en una fría, ventosa y soleada tarde en Madrid se ha lidiado un descastado pero muy bien presentado encierro de Sánchez Herrero, del que por juego destacó el sexto, un enclasado negro que cayó en suerte a Daniel Barbero. Sin duda, la antítesis de lo vivido el pasado domingo, lo que ha supuesto una gran decepción para muchos, tras el interesante encierro que lidió esta ganadería en 2019. Ni varas, ni capote, ni muleta en un festejo que también condicionó el viento.
En lo que a lo numérico se refiere volvió a tratar de "meter mano" el público que acompaña a los jóvenes, pero esta vez si, y ayudado por un deslucido encierro que no dejó lugar a dudas, el presidente no admitió engaños y solo sumó una vuelta al ruedo, sin mérito ni repercusión, Daniel Barbero.
Carlos Olsina, que había visto como asomaba el pañuelo verde para el abreplaza, solventó la paleta con su primero. Toreó con demasiada prisa a un colorado que se vino por dentro en varias ocasiones y se repuso pronto a muchos de los muletazos del francés. Lo más destacado, tras una faena que no dijo nada, llegó con las manoletinas finales. Con el cuarto, que picó de forma desastrosa Francisco Félix, tampoco hubo nada que decir. Bronco pero con movilidad, faltaron sitio y firmeza para demostrar algo que quizá, tampoco hubiese dicho nada dadas las condiciones del soso burel.
En suerte le cayó a José Rojo la tarea más difícil de la tarde: el manso segundo, ovacionado de salida, que nada regaló al joven en que habían recaído las esperanzas de la tarde. En el caballo dejó el colorado claras sus intenciones: plantar una batalla desigual en que el valor de José se enfrentase a sus huidizas y peligrosas embestidas. Y así fue, a pesar de que tras los primeros muletazos consiguió fijarlo en la muleta a la altura del tendido 7, el toro, que fue ganando su particular batalla, terminó por plantear el final de la huida en toriles. Allí llego, aunque sin entrega por parte del manso, lo mejor de la faena, dejando claro que era donde mejor se encontraba. Y allí fue donde al entrar a matar, prendió a José por el pecho para dejar la plaza helada en lo que terminó siendo un percance sin graves consecuencias. A Olsina, envuelto en nervios, se le complicó el descabello y en un ambiente enrarecido y de notable preocupación por lo vivido, escuchó los tres avisos para ver como el manso volvía a enfilar la puerta de chiqueros.
Con el quinto, hubo poco que destacar más allá de la actitud de un novillero que no se permite alardes. Frio y serio lidió y dio muerte a un salpicado que pareció tener algo hasta que pasó por el caballo. De allí salió planteando complicaciones y con poca condición para hacer el toreo que demanda Madrid. Habrá que esperar para ver al de Trujillo.
En sus manos tuvo Daniel Barbero el mejor lote de la tarde, o al menos, el que más opciones de triunfo llevaba dentro, pues tercero y sexto fueron sin duda, y a pesar de su falta de fuerzas, lo más enclasado de la tarde. El primero de estos, no permitió más de tres tandas antes de complicarse y entonar el "hasta aquí", viendo Daniel como se marchaba sin haber aprovechado ni una.
Por suerte, si pudo, a pesar de su cuestionable colocación, aprovechar el segundo de su lote. Un par de tandas por derecho e izquierdo para escuchar los olés de un Madrid que le concedió una justita vuelta al ruedo, pues como fue orden del día durante toda la tarde, alargar la faena terminó por aburrir a un toro justo de fondo y enfriar al público.
Si bien el viento complicó visiblemente la tarde, quedó la sensación de que otras faenas pudiesen haberse visto de haber sido otros los terrenos elegidos por los jóvenes. De nuevo faenas largas y avisos por doquier en una tarde sin interés en que no hubo rastro del tercio de varas y se desmonteró en banderillas Chacón tras una ovación "a la madrileña".
Sin duda, una tarde deslucida en que lo más positivo son las nulas consecuencias de los percances de Julián Gómez Carpio y José Rojo con el segundo de la tarde.
Parte médico de José Rojo: "Puntazo corrido en la cara anterior del tórax, contusiones en rótula derecha y tendón de Aquiles izquierdo. puntazo inframandibular derecho. Pronóstico leve salvo complicaciones, que no le impide continuar la lidia".
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