Las Ventas -24/04/2022- Duelo Saltillo VS Los Maños para Sánchez Vara, Luis Bolívar y Thomas Dufau
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Con el "idilio" Sánchez Vara - Cazarrata en la memoria acudirá el aficionado el día 24 de abril a la Plaza de Toros de Las Ventas a presenciar el desafío Ganadero Saltillo VS Los Maños. Sin duda, una oda al torismo que la empresa ha querido preparar en una de las fechas previas al ya cercano ciclo isidril. Completarán el cartel Luis Bolívar y Thomas Dufau, en la que esperemos sea una buena tarde para los grises, que presentamos a continuación.
Así fue la tarde
No mordió ninguno, lo prometo. Embistieron los toros y los toreros no estuvieron a la altura. Ese sería, a groso modo, el mejor resumen de la tarde que hoy hemos vivido en Madrid.
Se lidiaron en desafío ganadero, sin las líneas que acostumbran a pintarse en el ruedo para determinar las distancias a las que los toros se arrancan al caballo y con la arena en muy malas condiciones, tres toros de Saltillo y tres de Los Maños. Todos ellos de tremenda seriedad y en tipo de lo que cabe esperar, a pesar de los muchos gritos que se escucharon queriendo vender que "ese no era el toro de Madrid". Por juego destacaron segundo y tercero, siendo este último, de los Maños, el más destacado de la tarde. Tomó tres varas el segundo, empleándose como mandan los cánones en el peto, y cuatro se le dieron al sexto, al que se dio muerte en el caballo de forma anticipada, ambos de Saltillo. Por desgracia, no cayeron en manos de ningún torero capaz de aprovecharlos.
Sánchez Vara lidió a su primero con el capote sin decoros pero enseñándolo a embestir, le puso banderillas y cuando se revolvió bien entrada la faena le planto cara dejando ver su lado "gladiador". Además dejó un buen quite en el tercero de la tarde. Pero hasta aquí. Cuando hubo que torear, no aprovechó una buena oportunidad para haber sumado un triunfo en Madrid. El abreplaza le regaló dos tandas de mucha clase y entrega antes de comenzar a orientarse que no supo aprovechar.
Con el cuarto la historia fue similar, a salvedad de que el toro no planteó esa batalla que hizo coger vuelos a la faena del primero y por ello a medida que la faena fue sucediéndose, fue también perdiendo interés. Abusó de pico y no se preocupó en ningún momento de ponerse en el sitio con un enclasado aunque algo falto de motor, toro de Los Maños.
Luis Bolívar, por su parte, dejó un recibo capotero de mucho gusto con el segundo de la tarde. Y ya. Ni se acoplo a la entrega y clase de un toro de Saltillo que colocó la cara desde que hizo presencia en el ruedo, ni hizo más que pasar de un lado para otro a un toro sin mucho fuelle ni trasmisión de Los Maños. Una mala tarde del Colombiano al que el público abroncó tras pasaportar al primero, con el que todos entendieron que debió hacer algo más.
También escuchó bronca, y además de las importantes, Thomas Dufau. Si bien la respuesta ante su actuación con el tercero de la tarde no pasó de una fría ovación que salió a saludar, el bochorno que vivimos en el último toro de la tarde hizo aflorar una lluvia de almohadillas.
El de Los Maños, que fue un gran toro, derrochó clase y entrega. Permitió al francés lucirse con el capote a la verónica y a pesar de parecer que desarrollaba bastante sentido durante el tercio de banderillas, cumplió con creces en la muleta. Fue todo lo largo que lo llevó Dufau, a quien le costó ligar los muletazos y vio como la faena se sucedía sin llegar a romper. Por momentos hubo temple y algún buen trazo, pero sin ligar más de tres con lo que fue un gran toro y terminando por olvidarse de la colocación, los allí presentes vimos como el de Los Maños era arrastrado entre aplausos y nos dejaba la sensación de irse sin torear.
La historia con el sexto bis, todo un galán de Saltillo ovacionado de salida, fue diferente, pero con un final similar. Sin hacer extraños ni presentar complicaciones lo toreó de Salida Thomas. En el primer encuentro con el caballo derribó al picador y a partir de entonces, cuatro puyazos con mala intención dieron muerte anticipada a un toro que el público quiso rendir honores en su arrastre no por su condición, sino por el respeto que a quien le había tocado en suerte su muerte, no le concedió. Así no se puede venir a Madrid.
Ni rastro del desafío ganadero, la suerte de varas volvió a pasar de puntillas más allá de los tres puyazos que tomó el segundo de la tarde de manos de Rubén Sánchez. Dos de ellos de muy buena ejecución. Con los palos destacó Sánchez Vara con su primero, que además dejó un gran par al violín para cerrar el tercio.
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