Céret 18/07/21 - Concurso de ganaderías para Francisco Montero en solitario
La previa
Presuponemos cada vez de que hablamos de un novillero, que dicha palabra va acompañada, entre otras cosas, de entrega y valor , que no vienen a ser sino, un reflejo de las ganas que uno tiene de llegar a ser matador de toros.
Y aunque con carencias de otras muchas cosas, con exceso de estas se presenta Francisco Montero en la plaza de toros de Céret para enfrentarse a seis toros de diferentes y "duras" ganaderías. Saltillo (encaste propio), Concha y Sierra (encaste propio), Barcial (Vega-Villar), Dolores Aguirre (Conde de la Corte-Atanasio Fernandez), Yonnet (Parladé, Lisardo) y Los Maños (Santa Coloma) han sido las elegidas para este desafío ganadero tan del gusto del aficionado.
Así fue la tarde
La matinal del domingo vino marcada, sin lugar a dudas, por la incapacidad de Francisco Montero para hacer frente a sus oponentes. Si bien es cierto que la afición quiso agradecerle el gesto tanto al comenzar como al finalizar la novillada, la mañana fue pasando y muchos de los novillos que saltaron al ruedo parecían llevar dentro mucho más de lo que el gaditano pudo sacarles. Falta de sitio, de entendimiento, de ideas e incluso de valor, ese que parecía sobrarle en la temporada 2019.
Muestra de dicha falta de entendimiento con toros, aficionados y toreros son dos absurdas anécdotas. Y es que Montero no quiso humedecer los trastos en toda la mañana a pesar de las innumerables veces que trató de excusarse por el fuerte viento que soplaba, mientras el público le abroncaba para que mojase la muleta. Tampoco quiso irse a chiqueros hasta el sexto y para sorpresa de todos, lo hizo sin el capote de paseo. Varias broncas innecesarias que no hicieron más que seguir torciendo una tarde que perdía fuerza a cada momento.
Abrió plaza el novillo de Saltillo, que fue devuelto a corrales por invalido tras recibir el castigo en el caballo.
El primero bis lucía el hierro de Yonnet y tomó hasta tres varas, la última de ellas arrancándose desde los medios, levantando los aplausos de los aficionados. En la muleta le faltó recorrido, dando muestras en muchas ocasiones de saber lo que dejaba atrás. A pesar de ello, ni toro ni torero terminaron por llegar a un público que solo disfrutó de algún muletazo suelto. Destacó su despaciosidad y acusó cada uno de los muchos enganchones que se produjeron. Tónica que se repetiría a lo largo de la tarde.
En segundo lugar tomó protagonismo el novillo con más trapío de la tarde, un serio y bravo, a la postre, de Concha y Sierra que fue ovacionado con honores en su salida por todos los asistentes. Tomó tres buenas varas que le sirvieron a Pérez para recibir el premio al mejor picador de la mañana. También permitió en banderillas, viéndose obligados los de plata a desmonterarse una vez terminó el tercio. Ya en la muleta el toro dejó entrever cosas interesantes, pero solo durante dos muletazos. Al tercero, Montero ya andaba desarmado. Exigió un mando que no encontró y más allá de algún muletazo suelto en que el publico recriminó el uso del pico, Montero no fue capaz de más. "Gitanito" fue despedido con honores.
Tercero (Dolores Aguirre) y cuarto (Yonnet) pasaron algo más desapercibidos, si bien continuaron con la ejemplar presentación de la tarde. Tomaron dos varas mediocres cada uno y a pesar de que tuvieron comportamientos muy diferentes en la muleta, la mañana seguía la misma linea. Al publico no le interesaban los gritos de Montero sino su toreo y ni fue capaz de poder al de Dolores Aguirre ni acoplarse a las embestidas del de Yonnet. No fueron novillos de triunfo, pero tampoco de fracaso y la mañana seguía acercándose más a lo segundo que a lo primero.
Llegados a este punto me gustaría apuntar que, si bien en muchas ocasiones decimos que es difícil juzgar a un torero porque aquello que tiene delante no es suficiente, en la mañana del domingo lo justo es apuntar lo contrario. Y lo hago ahora porque el quinto novillo, de nombre "Batanaerito" y perteneciente a la ganadería de Barcial y ovacionado de salida, fue quizá el bravo peor tratado de la mañana. El presidente lo premio con la vuelta al ruedo y la ADAC como mejor novillo de la mañana, tras recibir cuatro puyazos en los que no quiso arrancarse de largo pero si a media distancia para terminar empujando de verdad. A pesar de que aquella no parecía ser su única buena condición, si fue la única que pudo mostrar de verdad, pues un Montero completamente desbordado no se vio capaz ni de probar a ponerse de verdad tras un trasteo en que el novillo se comía la muleta colocando la cabeza, por debajo y repitiendo con bravura y emoción. Como aquello no terminó de mostrarse, vuelta al ruedo excesiva.
Cerró la tarde un enclasado de Los Maños al que Montero recibió a portagayola y con el que anduvo en novillero con la capa. Chicuelinas y largas cambiadas de rodillas, aquello era lo que esperábamos ver, a pesar de quedar desarmado en dos ocasiones. Recibió dos puyazos y el público abroncó al picador por su mal hacer. Al poco profesional no le bastó con eso que además se encaró con quienes le reprochaban el destrozo que había causado en el novillo. A base de medios muletazos trató de llegar al público en este caso Montero. Sin echar la mano adelante y con la mentira que ello conlleva fue pasando las enclasadas y francas embestidas del último de la tarde que terminó por venirse abajo en las últimas tandas.
Sin premios para el torero y con varios toros de nota (Concha y Sierra, Barcial y Los Maños), se dio por finalizada la matinal francesa de la que destacó la actitud del público, que supo reiniciarse con cada novillo y que más allá de irse decepcionado valoró la gesta del novillero, quien cogió el brazo a quienes le obligaron a saludar cuando la mañana había terminado e intentó apuntarse una vuelta al ruedo que fue abortada por el inicio de una gran bronca.
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