Céret 18/07/21 - Toros de Raso de Portillo para Fernando Robleño, Gómez del Pilar y Maxime Solera
La previa
Con el gran momento de Gómez del Pilar y la fantástica novillada lidiada por Raso de Portillo en Vic-Fecensac como alicientes principales, se despide el fin de semana taurino de Ceret. Completan la terna Fernando Robleño y el recién alternativado Maxime Solera a quien apetece, y mucho, ver tras su actuación con toros de la Quinta en Arlés.
Corrida seria, para no faltar a las costumbres céretianas, de la ganadería pucelana para poner punto y final a otro fin de semana de TOROS.
Así fue la tarde...
Comenzó la tarde con el homenaje a Rafael González, que había tomado la alternativa años atrás en el municipio francés.
Hasta aquí, todo lo que hubo que festejar en la tarde y por ende, teniendo en cuenta que hablamos de la última corrida, en la feria.
Con presentación impecable salieron al ruedo los seis toros de Raso de Portillo, que en líneas generales se fueron viniendo abajo y desarrollando el genio que se le presupone a quien no quiere ser mandado a medida que se sucedía la lidia. Se dejaron en el capote y fue imposible sacarles nada en la muleta. A excepción de primero y sexto con los que Robleño y Solera cumplieron. Además, este último fue recibido con una fuerte ovación: la que el toro merecía.
Tomó la corrida 2 (con protestas por no ser más), 3, 4 (con la suerte realizada notablemente y valiéndole el premio a Jean Louis Ayet), 3, 2 y 3 (bien ejecutadas por por I. de Pedro y sirviéndole para compartir uno de los premios con Jean Louis) varas respectivamente.
Fernando Robleño anduvo en su sitio a lo largo de toda la tarde. Se estiró a la verónica con el primero y dejó augurar que algo podía sacarle. Tantas buenas cosas dejó entrever que Gómez del Pilar se animó con un quite, pero en la muleta la cosa se truncó. Mucho trasteo y tanto interesante como entrega y clase llevó el toro, poco.
Ya con el cuarto pudo volver a estirarse, mientras el toro iba desarrollando ya en el capote. Abusó de él en el caballo como si estuviese dando espectáculo y aunque el toro terminó por dejarse algo más, no dejó de lado el peligro. Algo más pudo llevar dentro y así se lo recriminó el público. Suficiente tuvo con justificarse.
Gómez del Pilar fue premiado con el lote que menos dijo de la tarde, y deshizo el paseíllo diciendo lo mismo que ellos. Con el primero pudo dejar detalles en el capote pero en la muleta no encontró la forma ni de justificarse. Lo intentó, sudó, pasó un mal rato y lo mató al cuarto intento. Más genio desarrolló el quinto en el capote y tuvo que cambiar el estirarse por una lidia de las que enseñan a embestir, trayendo al toro despacito y por bajo hasta los medios. En la muleta pareció verle algo en el trasteo inicial. A pesar de ello terminó por serle imposible ligar dos seguidos, dada la dificultad de un toro que se empeñó en reponer y andar tras los muletazos. Le tocó las orejas para terminar su tarde, acto que recriminó el público, y se marchó a por la tizona para pasaportar a su adversario.
Si a Gómez del Pilar le había tocado en suerte un lote complicado, al debutante en la plaza Maxime Solera tampoco se lo pusieron fácil sus oponentes. Al tercero no pudo ni enseñarlo en el capote. Reponer, desinterés por los vuelos y mucha guerra le planteó en la muleta de principio a fin.
Diferente fue el sexto, que a pesar de tener otra condición, poseía dos puñales apuntando a las nubes. Algo dejó con el capote y a la deriva parecía navegar en la muleta hasta que un aficionado, cansado de las formas (colocación y carga de la suerte) que estaba tomando la faena, debió recriminarle algo al francés. Al sitio y con la verdad por delante se fue Maxime y mientras le sacaba algún pase de mucho valor le preguntó al aficionado "¿Ahí?, ¿ahí?". Mientras los banderilleros le advertían del peligro que llevaba el terreno donde se había adentrado, Maxime trataba de de exprimir a un toro que no iba a permitirle triunfo alguno. Lo pasaportó y dio por terminado el ciclo francés.
Como siempre en este tipo de corridas termina por ser complicado establecer donde debe comenzar el poder de los unos y la bravura de los otros. Podría haberse visto más, pero también menos. Por suerte o por desgracia, terminó una fecha más para toreros y ganaderos, en la que nadie dijo nada.
Destacó la excepcional lidia de Marco Romero al sexto, así como los tercios de banderillas de sexto y primero, donde los de plata se vieron obligados a desmonterarse.
La banda llevó a los asistentes al borde del delirio tras la muerte del quinto. No entiendo de música pero si de emociones y fue un espectáculo digno de mencionar.
Comentarios
Publicar un comentario