El futuro del pasado, Reta de Casta Navarra

En pleno valle de Yerri, entre los municipios de Arandigoyen y Grocin (Navarra), aunque en término municipal de este último, toma forma el sueño del más popular de los pastores sanfermineros.

Recibe el nombre de La Tejería y alberga lo que podemos considerar un auténtico museo de la más antigua de las castas fundacionales que dieron lugar al toro de lidia, la Casta Navarra. Con un total de 3 hierros en su propiedad, aquello que comenzase en 1998 como un proyecto ilusionante en que Miguel Reta tenía como principal objetivo devolver la Casta Navarra a los carteles taurinos, llegará a su fin el próximo sábado 17 de julio. Lo hará en la localidad francesa de Céret donde se lidiarán seis toros de Reta de Casta Navarra.


Comenzó toda esta historia a escribirse hace relativamente poco. Marcaban los calendarios el año 1998 cuando Miguel Reta fundaba la ganadería de Alba Reta. Lo hizo mediante la compra de reses puras a las ganaderías de Nicolás Aranda, Adolfo Lahuerta, José Arriazu, Hermanos Domínguez y Ángel Laparte (que representan a las cinco líneas de casta Navarra que existen). No es hasta dos años después, en el 2000, que ingresa en la Asociación de Ganaderías de Lidia, tras adquirir la ganadería de Santiago Ludeña Amigo y Hnos.
Ya en 2004, segrega parte de la ganadería a César Reta Azcona, dejando solamente vacas y sementales de Adolfo Lahuerta Royo y quedando el nuevo hierro formado por reses de Nicolás Aranda, Adolfo Lahuerta, José Arriazu, Hermanos Domínguez y Ganadería Laparte.
Finalmente, en 2010, tras adquirir el hierro, la divisa y los derechos de la ganadería "Viento Verde" (tras quedarse sin reses por positivos en tuberculosis), perteneciente a la Unión de Criadores de Toros de Lidia, se da forma a la ganadería Reta de Casta Navarra, que lidiará sus toros con una divisa blanca y roja, y estará compuesta por reses de Alba Reta y César Reta Azcona, todas ellas de Casta Navarra.


Rodeado de duro monte navarro, en que abundan las encinas, que se intercalan con pastos de girasoles y cereales, y todavía con la resaca de las lluvias caídas días atrás dejándose ver en el terreno, nos cuenta el padre de Miguel Reta que allí queda terminantemente prohibido mentir en las partidas de mus. -Como si alguna de las coloradas que allí pastan fuesen a revelarse por ello-. Se cría allí aquello que durante años se han encaminado hacia el festejo popular. Fue su carácter áspero, reflejado ahora en el día a día durante los trabajos de campo, lo que terminó por alejar a esta casta de los ruedos durante 90 años -siendo aquella tarde en que se lidiasen reses de Cándido Díaz de Funes en la plaza de toros de Pamplona (1931), la ultima fecha en que se diese muerte a un encierro de dicha casta-.

Espera Céret la ilusión de un ganadero que todavía hoy, después de 6 años, sigue sintiendo la necesidad de pararse a fotografiar a alguno de sus toros. Y es que, a fin de cuentas, ese es el verdadero secreto de todo lo que sucede en La Tejería: el amor por el toro bravo.

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