Las Ventas -08/05/2022- Toros de Montalvo para Daniel Luque, López Simón y Álvaro Lorenzo

Así fue la tarde

Abrió San Isidro una corrida de Montalvo, con oportunidades, aunque sin ”el toro perfecto” y muy desigual en lo que a presentación se refiere -por debajo de lo que Madrid demanda 3º y 4º, que fueron protestados-. La presenciaron algo más de 17.000 personas, que guardaron un minuto de silencio tras el paseíllo por los abonados fallecidos en estos años. Destacó con ella un laborioso Daniel Luque y tomaron protagonismo las decisiones de un presidente cuyo criterio fue difícil de comprender.

El primero de la tarde, un inválido al que Daniel Luque cuidó pensando que podría sacar algo, pasó más tiempo con las manos en el suelo que embistiendo. Incomprensible. Un sector de Madrid se dejó las manos para que esto no sucediera, pero la labor de la cuadrilla y las pocas ganas del presidente de mostrar el pañuelo verde, terminaron por reducir a algún muletazo a media altura la primera baza del sevillano en esta feria.

Con el cuarto, un manso de salida a arrastre, la situación fue diferente. Daniel se vistió el mono de trabajo y lo hizo embestir. En los medios y con la muleta puesta en todo momento, consiguió hacerle "olvidar" sus querencias y dio forma a una faena con más cabeza que corazón que no parecía terminar de calar en los tendidos ni en los momentos de más temple. Cuando el toro cayó, los pañuelos afloraron, pero la capacidad y dedicación de Luque parecieron no ser más que la oportunidad desaprovechada de Álvaro Lorenzo, como luego veremos. Incomprensible.

A pesar de ello, el presidente mantuvo el criterio que demanda Madrid, teniendo que escuchar la bronca de los tendidos de sombra, donde la aparición de un público que no había hecho acto de presencia hasta la fecha esta temporada, nos hizo recordar que había comenzado San Isidro. Vuelta al ruedo a una laboriosa e inteligente faena.

El pobre momento de Alberto López Simón quedo latente en la que muchos, incluido el, consideran su plaza. Con el segundo de la tarde, un inválido de manual al que se le cuidó en el capote y en el que confió en la muleta, no se le vio más que dar pases tratando de formar algo que no tenía sentido alguno, pues perdía las manos a cada muletazo exigente. Madrid lo protestó airosamente, pero Alberto, en colaboración con el presidente, trataron de taparlo. Incomprensible.

Con el quinto, que fue un pájaro en el capote, viniéndose por dentro a cada momento, más de lo mismo. Y es que a cada tarde, parece más injustificable la presencia del de Barajas en ciertos carteles. Se fue un toro toreable, que cumplió en una muleta que no demostró ni arte, ni mando, ni valor.

Lo más destacado de la tarde con el capote lo dejó Álvaro Lorenzo, cuya labor terminó en esas verónicas. Al tercero, que recibió con el gusto ya destacado y al que quiso poder en un bonito comienzo de muleta por bajo, no lo entendió en la lidia, no queriendo verlo por un exigente pero interesante pitón izquierdo y dejando pocos detalles por el derecho. Sin fondo ni argumentos, pasaportó un buen toro.

Con el sexto tampoco hubo argumentos, pero si pareció ser suficiente una faena basada en una mano izquierda del montón que no estuvo a la altura de las enclasadas embestidas de un toro que poco dijo por el derecho y al que se le dio una pésima lidia - Cambió el presidente el tercio de banderillas con solo 3 palos en los lomos del animal, pues la cuadrilla no quiso hacer su labor con un toro que para nada tuvo malas intenciones-. Incomprensible. Un toro de dos orejas para olvidarse del mundo toreando al natural, al que terminó cortando una oreja con una petición no mucho más numerosa que la de Daniel Luque y una faena de muchos menos vuelos. Incomprensible.

Cuando finalizó la tarde, supimos que en una fuerte voltereta durante la faena al sexto, Álvaro Lorenzo había sufrido una cornada.

Que contento habría salido de la plaza de no haber sido por esa oreja. Hubo mucho incomprensible, pero Madrid se defendió a cada instante dejando claro que no está dispuesta a dejarse pisotear este San Isidro.