Las Ventas -14/04/2024- Novillos de Sánchez Herrero para Borja Ximelis, Eduardo Neyra y Mario Navas

 

Así fue la tarde...

La cuarta de temporada, tampoco despega.

Apenas la voluntad y el buen gusto de Mario Navas consiguieron despertar emociones positivas en una tarde en la que Borja Ximelis escuchó tres avisos en el cuarto y Eduardo Neyra dejó claro que no era el momento de volver a Madrid. También levantaron al publico de sus asientos, aunque con otro fin Rubén Elías Cerro e Ismael Alarcón, que desde lo alto del caballo sentenciaron al segundo y cuarto novillo, recetando puyazos tan duros como mal colocados. 

Y es que Sánchez Herrero había vuelto a reseñar una seria novillada para este arranque de temporada. Aunque con diferencias visibles entre el tercero (toro menos pesado de la tarde) y  quinto (de 539 kg), la presentación volvió a ser un innegable para la ganadería salmantina. De juego y fuerzas escasas, la única receta para doblegar a alguno de sus adversarios pareció ser su paso por el caballo. 

La tarde de Borja Ximelis, en lo positivo, se resumió en un lucido tercio de banderillas y algún natural de buen trazo cuando el primero de la tarde ya había cantado la gallina en busca de las tablas, pero por desgracia, hubo más malo que bueno. Y es que en el segundo de su lote, un animal manso declarado y áspero desde que hizo aparición en el ruedo, dedicó más de diez minutos de la faena a la suerte suprema. A pesar de ello, no encontró su muerte, escuchó los tres avisos y los pitos del respetable.

La actuación de Eduardo Neyra se vio condicionada por la condición de sus adversarios. Ante el segundo, un animal que demandó poder, la faena se basó más en el "uy" que en los "olés", creándose una sensación de peligro constante, ligada a la falta de rodaje del novillero. Ante el quinto, el toro más noble de la tarde, dejó algunas tandas que le permitieron resarcirse, pero ni la poca emoción del animal, ni la escasa transmisión y excesiva linealidad del mexicano, llegaron al tendido.

Mario Navas, por su parte, exprimió cuanto pudo, de tan descastado encierro. Ante su primero la cosa quedó en un bonito comienzo de faena por bajo, después de recetarle un bello recibo capotero. Y ante el sexto de la tarde, un animal que acusó una dolencia en la mano, pero con buena condición, lo cuidó a media altura tratando de hacer el toreo que tanto gusta en Madrid y que tan bien conoce el vallisoletano. Por desgracia, a cada muestra de sometimiento, el animal perdía las manos, siendo imposible que la faena cogiese fuerza y quedándose su bagaje en una calurosa ovación.

Como hecho destacable, el presidente escuchó una nueva bronca durante el tercio de banderillas del manso cuarto. Un animal complicado al que los de plata no consiguieron acoplarse, cambiando el tercio D. José Luis González González con solo tres palos en los lomos del animal. El respetable, mostro su desacuerdo con la decisión. 

Y por último, disculpadme no incluya ninguna imagen del cuarto novillo, pero Plaza 1 ha decidido omitir la lidia de dicho animal en su galería y, como ya es costumbre en Madrid para mí, no había subido mi cámara a la andanada.