Aranjuez 28/05/21 - Toros de Garcigrande para El Juli, Manzanares y Paco Ureña


La previa

Ahora si, parece que las plazas se reabren, las ferias vuelven a formarse y el ambiente de toros recala de nuevo en todos los lugares de nuestra geografía. Y en medio de todo este alboroto vuelve también la monotonía en cuanto a la cartelera se refiere. Figuras y Garcigrande, Garcigrande y Juli, Manzanares y Ureña.

Y como más allá de la gallardía de Carlos Zuñiga, animándose una vez más a dar toros en esta compleja situación, las novedades son escasas, la previa se resume en eso: una tarde más, de las muchas que viviremos este año.
A pesar de ello, y por ser de las primeras, apetece ver a El Juli, después de la nueva versión de si mismo que viene demostrando. Apetece ver a Manzanares, que habiendo estoqueado toros de Victoriano del Río, cuya casta ha sido su principal característica , augura una revolución en su concepto. Apetece ver a Ureña, que después de dejar una de cal y una de arena, en su ultima actuación parece no alejarse tanto de lo que le llevó hasta la cima. Y por último, apetece ver toros, si, de Garcigrande, porque de 3 que he tenido el placer de ver este año, todos han tenido cosas, y si la línea continua puede convertirse en una de esas ganaderías que el aficionado más exigente espera con recelo para criticar cuando las cosas no salen tan bien en las citas importantes.

A duras penas se colgará el "no hay billetes" a pesar de la reducción de aforo, para ver a "las figuras".

Así fue la tarde

Los toros ya volvieron, hoy, lo hizo la fiesta.
Echando de menos la matillada de Vistalegre he cogido el coche de vuelta a Colmenar, pensando muy seriamente si de verdad merecía la pena volver el domingo. Volveré, claro que volveré, pero que cambien las cosas, por favor.

Dos líneas muy diferentes siguieron los seis astados de la tarde en lo que a la presentación se refiere. Novillos los tres primeros y anovillados los tres que cerraron el cartel. Destacó el quinto, al que mi compañero de asiento, al que ya os presentaré, llegó a calificar de cornalón. Y terminó por desvirtuar la fiesta el segundo, cuyos pitones llegarían a tocarse la primavera que viene.
En contra de lo que cabía esperar de una corrida elegida a dedo y cuidada durante la lidia, tampoco funcionó en la muleta. Los tres primeros acusaron falta de fuerza, y de ganas de luchar por su vida; y de los tres siguientes, quinto y sexto quisieron rajarse en varias ocasiones y el cuarto pasó como la tarde, sin más, pero más mal que bien.

En lo que a la terna se refiere, la corrida de El Juli le quedó resumida a mi compañero de asiento una vez terminó de matar a su segundo. Alrededor de los 40, acompañado por su familia y unas cuantas copas, había llevado a su madre a ver al de Canillejas y poco le importó que "de vez en cuando se saltase el protocolo" porque eso "también mola". Poderío, entrega, conexión con el público...a pesar de ello, cuando le expliqué mi punto de vista sobre lo bochornoso que me parece ver a los mulilleros remolonear por la plaza esperando la oreja y a Juli quejándose porque a la gente no le gusta la música porque no tiene tono de fiesta y no jalean su faena, quedó conforme con mi análisis y pensativo, bajó a por otro ron. No anduvo mal Julián para lo que tuvo delante, pero teniendo en cuenta que es tan responsable de ello como sus compañeros de terna, lo perdonable pasa a dejar de serlo.

En la misma línea anduvo Manzanares, que tras unas fechas de subidón, quiso volver a sentirse fuerte con algo un poco más light. Y todo lo que parecía que estaba cambiando volvió a sus cauces, claro. Me sorprende leer tantas cosas positivas en los medios taurinos, pues realmente sigo intentando hacer memoria sobre algún momento del alicantino a lo largo de la tarde y más allá de la estocada al segundo... me cuesta recordar nada.

Recuerdo algo más de Paco Ureña. Y eso que recuerdo me hace recordar y pensar en la dimensión de torero que hemos echado a perder. Torea al natural con los pies juntos como los ángeles, como pegó tres al sexto. Y está interpretando los delantales con un gusto y un temple que cuando llegue Madrid...
A pesar de ello seguiré diciendo que el toro saca lo mejor de Paco Ureña y no al contrario. Así y solo así, Paco Ureña es Paco Ureña.

Mi vecino salió contento, jaleando que algún día volverían a ver a Julián, enfadado con la banda porque vaya canciones más sosas habían tocado en el cuarto y el quinto, y mirándome raro porque no me había levantado a tirarle besos a Manzanres en ninguna de sus dos vueltas al ruedo y le había gritado a Ureña que "le echaba de menos con una de Victorino." "Joder, el de la libreta y la cámara también da voces, y eso que no se ha unido a la fiesta en toda la tarde".

A la mitad del festejo Juli y Manzanares habían cortado una oreja y recibido 2 ramos de flores. En la segunda mitad, cada espada cortó un apéndice más y se sumó a la fiesta Paco Ureña.

La suerte suprema es difícil ejecutarla tan mal durante toda la tarde. No le importó la colocación al público, pues entró a la primera y "mira que rápido se ha muerto". Del tercio de varas, una tarde más, no hubo ni rastro.
Manuel Rodríguez ‘Mambrú’ saludó una ovación banderilleando al quinto y Curro Vivas y Álvaro López ‘Azuquita’ hicieron lo propio en el sexto.

(Entiéndase todo esto como dos formas de vivir la fiesta. Ambas tan validas como que quien las lleva a cabo ha pasado por taquilla. Quizá a uno le importe más el futuro que al otro, pero eso ya es otra cosa.)

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