Vistalegre 13/05/21 - Toros de El Pilar para Alberto López Simón, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín




La previa

¡Vuelve San Isidro a Madrid! Quiso apostar la casa Matilla por la vuelta del serial más importante del mundo y, aunque diferente, los toros están de vuelta en la capital por el día del patrón. Bien es cierto que no será en Las Ventas, que faltarán tanto el toro como la afición de Madrid, pero lo importante es que a las 19:00 romperá el paseíllo para que 3 jóvenes toreros vuelvan a sentirse lo que son, que no es ni más ni menos que eso, toreros. Protagonizarán la tarde los toros de la ganadería salmantina de El Pilar, procedencia Juan Pedro Domecq y propiedad de Moisés Fraile. Se verán las caras con ellos Alberto López Simón, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín, a quien seguro mirará con lupa la afición madrileña tras su reciente triunfo en Leganés. (Por cierto, me hace especial ilusión este cartel por la comparecencia juntos de dos de los novilleros que allá por 2016, junto a Varea, captasen la atención de todos los aficionados.)

En los tendidos un lleno rotundo. Pero que nadie se engañe, la culpa del éxito no la tendrán ni el buen hacer empresarial ni el atractivo del cartel. Hace unas semanas la entrada más barata estaba disponible por 50 euros. Hace unos días, y tras el escaso interés mostrado por la afición, se desbloquearon algunas entradas a 33 euros y desde antes de ayer, dos días después de conocerse la presencia de TorosTV en la feria, la empresa comenzo a regalar entradas para los días con peores entradas. Sin duda una falta total de respeto para quienes sí cumplieron con la fiesta.

Con todo y con eso, a las 19:00 sonarán clarines y timbales y estos serán los protagonistas de la tarde y el orden de lidia de la misma.

Así fue la tarde...

Finalmente, y en contra de las expectativas y el ímpetu de alguno, los tendidos de Vistalegre registraron alrededor de un cuarto de entrada. Como si aquellos que días antes habían aceptado el regalo de Asociaciones, Ayuntamientos o partidos políticos, supiesen lo que iba a suceder y hubiesen optado por quedarse en casa.

En líneas generales ninguno de los seis elegidos por Moisés Fraile para representar a la divisa salmantina en el ciclo madrileño estuvo a la altura. Desiguales en presentación, aunque de tremenda seriedad e integridad los seis, destacó un buen cuarto, de nombre "Alambisco" con el que Alberto López Simón volvió a demostrar que mucho tienen que cambiar las cosas si quiere seguir vistiéndose de luces (hubiese que haber visto al toro en otras manos). Fue notable la falta de fondo durante toda la tarde, viniéndose a menos los seis, como tónica general y con una falta total de clase y entrega. Se picaron traseros y mal la totalidad de los toros, convirtiendo de nuevo tercio de varas en un mero trámite. Sigue sin ponerse los toros en suerte o tapándose la salida entre otras situaciones que derivan en que por mucho que un toro empuje como mandan los cánones (como hizo el tercero), el espectáculo sea nulo y pase completamente desapercibido para quienes comienzan en esto. Sin duda, Toño, este tercio tiene muy poco que ver con San Isidro.

En lo que a la terna respecta, si el ganado dejó mucho que desear, quienes no fueron capaces de llenar más de un cuarto de plaza entre autobuses y regalos, dejaron más. Y solo el aliento de sus banderilleros desde el callejón, al más puro estilo novillada sin picadores en cualquier plaza portátil, pudo caldear el ambiente en alguna ocasión.
-Por ser justo, diré que también les encumbraron sus peñistas. Como esos dos encamisados, del tendido bajo del cinco que rompían a aplaudir cada gesto de Lorenzo y que no dudaron ni un segundo en sacar el pañuelo una vez terminada la faena.-

La tarde de Alberto López Simón, lejos de sorprender, vino a confirmar lo que muchos temíamos, y es que ni el parón ha conseguido que el torero de Barajas vuelva a mostrar su mejor versión. Le faltó colocación a lo largo de toda la tarde y en una de las muchas veces que quedo descubierto, sufrió una fuerte voltereta. Parecía que de nuevo volvía a repetirse la historia (aquella de oreja por revolcón), pero ni siquiera el arreón final le sirvió para cortar las orejas. Saludó en ambos toros, pero si con el primero no estuvo ni a gusto ni bien, con el cuarto no supo donde meterse. Fue complicado el d El Pilar, un toro de los que exige estar encima desde el primer momento. Y que cuando no se le puede desde el trasteo inicial, termina por ganar la partida a quien se enfrenta a el. Eso mismo sucedió y tras otro fuerte revolcón, López Simón volvió a marear la perdiz descalzo sobre Vistalegre, mientras era incapaz de quedarse quieto ni encontrar su sitio. Saludaron Jesús Fernandez y Mambrú, este primero tras una fea voltereta mientras se disponía a ganarle la cara al cuarto.

Álvaro Lorenzo dejó destellos del gran gusto que gasta con el capote a la verónica y poco más. Apagándose, junto a su lote, a medida que pasaban los minutos, no le fue suficiente aburrir durante el tiempo reglamentario que quiso alargar la lidia hasta más allá del primer aviso en el quinto. Todo un despropósito para una faena de la que quedaron algunos muletazos sueltos, pero en la que fue imposible ligarlos porque para eso, hay que querer. Y no vale perder el sitio, ni sacar el toro hacia afuera. Pero eso es ya otra historia, y como la gente había venido a verle, terminó por cortar una oreja, que bien sabe dista mucho del triunfo que cosechó en Madrid hace unas temporadas. Con lo de hoy, no vale. (Una vez más Gonzalo de Villa Parro hizo de las delicias del torero, para terminar escuchando el enfado del aficionado por no guardar un mínimo de decencia a la hora de mostrar el pañuelo blanco.)

También paseó una oreja, de plaza de segunda, Ginés Marín. Aunque esta no fue discutida, tampoco rotunda como comienza ya a afirmarse. Anduvo firme durante la tarde con el capote y dejo el mejor momento de la misma durante el saludo al sexto, cuando intercaló chicuelinas, cordobinas, tafalleras y revoleras que culminaron con una gran ovación. Brindó el tercero a Álvaro Lorenzo, en lo que seguro fue un grato recuerdo para ellos, sin duda era uno de los alicientes como comentamos en la previa. Ya con la muleta no hubo rastro del arrollador Ginés Marín que conquistó redes sociales, portales taurinos y Leganés hace unos días. Quizá la materia prima no fue la misma, pero si la disposición hubiese sido similar que la mostrada con el capote, otro gallo hubiera cantado. El traje no pasará por el tinte esta noche, no es necesario. Y muchos de los novilleros invitados aprenderían a torear hacia afuera, a sacar ventaja, a engañar a unos muchos que fueron a los toros una tarde de jueves porque les habían invitado y que por desgracia tardarán en volver, porque ni se entretuvieron ni lo entendieron.

Una tarde que "ni fu, ni fa" para comenzar la temporada. Nos vemos el miércoles.

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