Copa Chenel - Chinchón 22/08/21 - Toros de Aurelio Hernando y José Escolar para Alberto Lamelas, Esaú Fernández y Jesús Enrique Colombo
La previa
Tras pasar casi desapercibida para los medios la tarde de ayer en Miraflores de la Sierra, pues además de la primera corrida de la Copa Chenel, había Almería, Cuenca, Málaga e incluso Almazán, llega la segunda de las citas propuestas por la Fundación Toro de Lidia y Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.
Toman protagonismo los Veraguas de D. Aurelio Hernando y los Albaserradas de D. José Escolar Gil en una de las plazas con sabor añejo más emblemáticas de Madrid, la de Chinchón. Frente a ellos se medirán tres toreros de esos que siguen en busca de oportunidades en el circuito como son Alberto Lamelas, Esaú Fernández y Jesús Enrique Colombo. Y es que esta tarde no es más que un reflejo de todo aquello que pretende esta "Copa Chenel", que no es más que acercar a toreros menos habituales y ganaderías de encastes minoritarios a pequeños pueblos de tradición taurina donde poco a poco han ido perdiéndose costumbres.
Sin duda, una gran iniciativa que por desgracia carece de sentido si tenemos en cuenta la mínima importancia que se dio a la tarde de ayer, más allá del sospechoso remate de pitones de uno de los toros, imagen que no debe permitirse un certamen como este. Confiemos en que no sea esta la tónica del circuito. (Según hemos podido saber, de muy buena mano, el toro se lastimo durante el desembarque y ya en los corrales se apañó como se pudo).
Así fue la tarde
Con puntualidad taurina y el no hay billetes colgado en los accesos de la preciosa plaza de toros de Chichón dio comienzo la segunda fecha de la copa Chenel.
Se lidiaron reses de las ganaderías de D. Jose Escolar Gil (1, 2 y 3) y D. Aurelio Hernando (4, 5 y 6), teniendo que lidiarse el sobrero de José Escolar tras partirse la pata en toriles el segundo de la tarde. En líneas generales la corrida fue muy desigual y por desgracia volvió a hacerse notar la preocupación del público por varios teóricos arreglos de pitones. Sin duda la Fundación debería tomar cartas en el asunto. De la corrida destacaron tercero y cuarto, y ofrecieron nulas posibilidades, por mansos, segundo y sexto.
Alberto Lamelas dejó claro que no solo era el más toreado de los tres actuantes sino que acostumbra a torear esa diversidad de encastes que le hace atractivo para este tipo de carteles. Aprovecho el buen pitón derecho del primero de su lote durante varias tandas y lo mostró por el izquierdo para que nada se le pudiese reprochar. De nuevo con la derecha, aunque ya con menos condición, remató la faena y tras un espadazo mal colocado y un buen descabello cortó la primera de la tarde. Ya con su segundo supo entender a la perfección la condición de un toro que algún problema de visión parecía tener en el ojo derecho. Exprimió el pitón izquierdo gustándose, aunque abusando de aliviar las envestidas en todo momento, y supo llevar al toro metido en la muleta por el derecho, sin dejarlo ir ni pensar para que no perdiese el hilo de las tandas y se marchase suelto o embistiese incierto como había dejado entrever con el capote. Aprovechó una fuerte voltereta en una distracción para volver a meter a la gente en la faena y de otro bajonazo cortó su segunda oreja de la tarde.
También abrió la puerta grande Esaú Fernández que declaró intenciones desde el primer momento yéndose a buscar al de Escolar a la puerta de chiqueros. Un toro que salió frío y al que se le picó demasiado poco. El interés y el poder le duraron 3 tandas, pues en la cuarta, cuando Esaú parecía haberse hecho con el, decidió marcharse a las tablas y no querer saber más. No fueron los medios los terrenos de un toro que pidió la lidia en la contraquerencia desde el tercio de banderillas. Sin más que justificar lo pasaportó de un bajonazo.
Ya en su segundo, un toro de raza justa pero clase suficiente para permitir a Esau disfrutar, la cosa fue diferente. El más chico de la corrida acusó falta de fuerza desde el comienzo, pero se dejó torear con el capote. Picotazo por compromiso y comenzó la faena por la espalda Esau, que disfrutó dos tandas antes de que el toro terminase por venirse abajo. Acortó distancias y disfrutó de las cercanías con un toro que no hizo por el torero en ningún momento. Una faena sosa pero meritoria que le sirvieron para cortar las dos orejas.
J.E Colombo se topó, por su parte, con lo mejor y peor de la tarde. Un gran toro de Escolar al que le cuajó una faena mediocre en cuanto a colocación y verdad pero vistosa para un público general que ya desde las banderillas se rindió a las cualidades del venezolano. Le concedieron dos orejas que, si los jurados son justos, quedarán amortiguadas con una baja puntuación de entrega y las cosas bien hechas. Porque son de esas faenas que valen en los pueblos, pero no dicen más que cosas malas a los aficionados que allí se desplazan. Ya con la puerta grande asegurada le cayó en suerte un manso de Aurelio Hernando que nada quiso saber de principio a fin, saliendo suelto en el primer muletazo y no queriendo guerra ni en la puerta de chiqueros.
Destacó un SENSACIONAL quite de Fernando Pérez cuando el segundo bis se disponía a rematar a Curro Robles tras tirarlo al suelo al tratar de ganarle la cara y también lo hizo el gran tercio de varas ofrecido por Israel de Pedro con el tercero, un toro que estuvo a la altura de un picador que supo mover el caballo a la perfección y colocar un segundo puyazo (obligado por la presidencia) donde se pican los toros (aunque solo fuese para marcarlo).
En definitiva, una interesante tarde de toros en que los tres toreros abrieron la puerta grande, a pesar de no cosechar ninguno un triunfo rotundo ni llegar a calar en él aficionado. Gran tercer toro de José Escolar e interesante primero de Aurelio Hernando. El duelo ganadero terminó por declinarse a favor de los de Albaserrada, dada, seguramente, la mala nota del sexto de la tarde.
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