Las Ventas -08/10/2021- Toros de V. del Rio y Jandilla para D. Urdiales, J.M. Manzanares y P. Ureña
La previa
Dos toreros de Madrid y una figura del toreo. Así planteó Plaza 1 el interesante cartel del pasado sábado y así había configurado el cartel del día 24 de septiembre. La lluvia hizo de las suyas y la lona volvió a quedar en evidencia, viéndose la empresa obligada a posponer el festejo para el 8 de octubre, tras más de una hora de malas decisiones donde el aficionado volvió a no ser nadie. Entremedias volvieron a perder los ganaderos, que han visto como "Dakar", "Despreciado" y "Leyenda" cumplían los 6 años en estas semanas, viéndose obligados a cambiar sus apuestas.
Con gusto sevillano y pureza madrileña vuelve Urdiales a la plaza que, de una vez por todas, lo llevó a la élite del toreo hace estos días tres años.
A Manzanares no se le espera, pero que nadie dude que basta un idilio de los suyos para que vuelva a reventar Madrid, y entonces, a todos les gustará.
Ureña - Madrid, Madrid - Ureña. Veremos si el romance continua.
Frente a ellos 3 de Jandilla y 3 de Victoriano del Río, dos ganaderías de garantías con las que Ureña y Manzanares ya saben lo que es triunfar en Madrid.
Así fue la tarde
Se reivindicó un joven aficionado minutos antes de que comenzase el paseíllo. Con estampa seria y pancarta en mano, reclamó libertad, que somos cultura y que los niños también tienen derecho a ir a los toros.
Acto seguido clarines y timbales dieron paso a la tarde.
Se lidiaron los tres de Jandilla por delante. Serios de cara. El primero fue un inválido de manual, al segundo se le protestó por anovillado y el tercero, con más clase que casta, fue un buen toro.
Vino después el turno de los tres de Victoriano del Río. Al cuarto no le vio cualidades Urdiales y el sexto, también inválido, no tuvo ni medio. En quinto lugar, salió el bueno. Un gran toro, de nombre "Casero", que fue bravo en el caballo y se dejó la vida embistiendo por el derecho.
En lo que a la terna se refiere, la tarde bien podría resumirse por el doble rasero de Madrid.
A Urdiales se le permitió todo, o más bien nada, porque más allá de algún natural no hubo ni rastro del riojano. Si bien el primero fue un invalido que nada podía hacérsele y al que se le dio importancia de inválido, cualquier otro se habría llevado "la monumental" por tratar de sacar faena de donde no la había.
Con el cuarto la cosa no fue muy diferente. Un toro con movilidad al que por razón alguna no se le trató de hacer faena. Una justificación simplona por ambos pitones y a pensar en la siguiente.
Manzanares anduvo correcto en su primero. Un toro que sin ser extraordinario tuvo buena condición, si bien, repuso e cada muletazo y no permitió relajación ni decoro alguno. Aquí si se protestaron las malas formas, las justificaciones, el pico y la colocación, e incluso se dieron voces antes de la suerte suprema, como si de un pueblo se tratase. Van a tener razón algunos.
Con el quinto fue difícil estar a la altura. Hizo pelea ejemplar en varas, a pesar de solo recibir un puyazo, pues en el primer encuentro, derribó al del castoreño. Sorprende que volviese al jaco para tomarse la revancha no como acostumbra, sino poniendo Madrid boca abajo, realizando la suerte a la perfección. En la muleta Casero fue un gran toro, al que le faltó algo de fondo y condición por el pitón izquierdo, pero que supo llevar consigo, por igual, dosis de clase y casta. Manzanares abusó de pico y mala colocación, pero trató de hacerle despacio las cosas a un toro que sabía no podía escapársele. Así lo demostró cargando los trastos desde el tercio de banderillas y dirigiéndose hacia el palco mientras se colocaba el tercer par. Se escapó porque Madrid no admite engaños, y por supuesto, por la espada, porque aunque Casero se fue con mucho más de lo que se vio, tuvo delante a un torero que le dio una lidia digna. Que bien sabemos que de no ser por los aceros, habría supuesto otro triunfo de Manzanares con un extraordinario toro de Victoriano del Río.
A Paco Ureña se le admitió mucho más en este sentido. Largo se fue el tercero en la muleta, siendo complicado quedar cruzado y no quedar al hilo. No importó. Es lógico que no importase. La verdad terminó por llegar y lo hizo al natural, de frente, dando el pecho, cruzándose donde cogen los toros y de a uno, para que no hubiese duda. Madrid volvió a romperse con Ureña y el de Lorca a recibir una fuerte voltereta. Un final de quilates por bajo y de nuevo un fallo con los aceros que le privó del triunfo.
El sexto fue otro inválido, que no se protestó. Llevaba un Y, en vez de una estrella, y ya sabemos como son las cosas. No tuvo ni media y Ureña abrevió para terminar dando el espectáculo en el descabello.
Una tarde de triunfos frustrados en la que destacó Casero.
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