Las Ventas -01/06/23- Toros de Alcurrucén para Diego Urdiales, Alejandro Talavante y Daniel Luque
Así fue la tarde...
Ayer vivimos la corrida de la
feria.
La semana pasada escuchamos la
autocrítica de Pablo del Río.
Pero no todos los días iban a
ser fiesta. Y eso que despedíamos la tarde con un silbido descendente que
culminaba con un “¡PUM! ¡PETARDO!”. Por desgracia, había poco que celebrar.
De la mano de un Fernando Lozano
más preocupado de defender la integridad de las astas de su corrida en redes
sociales, que, de la misma en el ruedo, se ha lidiado una nueva mansada de
Alcurrucén. Y ya van…
A este comportamiento de una
ganadería que nos acostumbró al triunfo hace no mucho, debemos de sumarle este
año su presentación. Doce toros, cada cual de su padre y de su madre, con
auténticos leones y varios gatos, desiguales, feos. Todo un desastre que no
viene, sino, a confirmar esas palabras del ganadero en que aseguraba no tener
claro cuál es el toro de Madrid. Ese no, desde luego.
Ante la corrida, hubo poco que sacar.
Y el único que consiguió hacerlo fue Daniel Luque, que trató de cuajar su
primero con un toreo muy sevillano y natural, una pena que dicha puesta en
escena aguantase un par de tandas antes de venirse abajo. Al sexto lo pasaportó
con una gran estocada, pero ninguna de sus dos actuaciones le sirvió para tocar
pelo.
A Diego Urdiales le tapó las vergüenzas
su afición. Que descubrió las suyas. El de Arnedo no se encuentra y
corre el riesgo de convertirse en un mero telonero. Madrid, preocupada,
silenció su labor, como si no quisiese hacer daño, dando muestra de que le
sigue esperando.
Talavante, por último, se
justificó con actitud, pero sin aceros. Dejó bellos pasajes al natural a su
lote, se fue de rodillas en el sexto y miró al tendido en numerosas ocasiones,
mientras el toro recorría su bragueta, en busca de una conexión que no llegó.
Una tarde más. Y ya van…
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