Las Ventas -17/06/23- Corrida de la Beneficencia
Así fue la tarde...
"Del dicho al hecho, hay un trecho", o eso dicen. Y es que aquello de que una faena para conquistar Madrid no debe constar de más de 30 muletazos es sabido por todos y cada uno de los que, a lo largo de la temporada, trenzan el paseíllo en la primera plaza del mundo. Los que lo logran, consiguiendo llegar al tendido, son, sin embargo, solo un puñado de elegidos.
Uno de ellos parece ser Fernando Adrián, que tras su relanzamiento en la Copa Chenel 2021, abrir la puerta grande de Madrid este San Isidro y verse acartelado en la Beneficencia, ha visto como el cartel más importante de la temporada lo consagraba como uno de los toreros del momento.
Un gran toro de Juan Pedro Domecq. 34 pases y a por la espada. 41, estoconazo y dos orejas.
Tras entenderlo en el capote y darle una buena lidia, se dispuso en los medios para pasárselo por la espalda, devolverlo a su terreno con uno de pecho, de nuevo pasarlo por detrás y rematar con otro de pecho, antes de dejar 5 naturales de categoría y un nuevo remate por alto. 5 más con la mano izquierda, una trincherilla y el de pecho. 5 por el derecho, uno por la espalda y el de pecho. 4 por derecho y una pausa. Se coloca y se dispone a mandar. 3 más con la diestra, un cambio de mano, uno de pecho y un natural eterno. A por la espada. 6 naturales enroscados, casi redondos y un pase de pecho. Espadazo.
La sencillez del toreo en su máximo esplendor.
Madrid a sus pies. Dos orejas. La consagración de un torero. ¿Para qué mas?
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El resto de la tarde alternó, una vez más, animales protestados, inválidos no devueltos y un elenco ganadero impropio de una corrida de tal magnitud. Y es que ni siquiera Daniel Ruiz, al finalizar el festejo y en los micrófonos de Mundotoro, se explicaba cómo se le habían rechazado animales de mucho más trapío, para terminar enchiquerando reses indecentes. Hasta 3 hierros se vieron obligados a dar forma a una tarde que bien debería haber tenido reseñada una ganadería de postín, con 6 toros acordes a lo que supone. Madrid continuó su deriva y en un nuevo símil al Domingo de Resurrección sevillano, los toros dieron pie a las protestas. ¿No tienen si quiera 3 toros, las ganaderías reseñadas, que tiene que acudir Victoriano de Río al rescate con un toro que bien podría haberse anunciado la pasada semana en vez de los animalejos que cayeron en suerte a Roca Rey? Que me perdone Garrido por mis sospechas y mi falta de capacidad para entenderlo.
Uno de esos inválidos cayó, en tercer lugar, en manos de Fernando Adrián, que fue pitado en sus intentos de hacer faena a un animal que perdió las manos en incontables ocasiones. Por suerte, el toro, hizo justicia. Aquella que el juez, no fue capaz de imponer.
Sebastián Castella no rompió, pero convenció. Dejó pasar el triunfo ante un buen primero de Daniel Ruiz, pero volvió a dar muestra de su solidez, contundencia y conocimiento acerca de lo que supone y demanda Madrid.
Emilio de Justo, por último, terminó por confirmar lo que venía anunciando desde su primer paseíllo: su apuesta ha quedado grande. No está el extremeño para Madrid. Y menos para 4 tardes. Ojalá podamos verle de nuevo, pero por el momento, esto es todo lo que podemos decir de un torero de Madrid. Aunque duela.
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La tarde fue presidida por Felipe VI, que disfrutó de la misma junto a Isabel Díaz Ayuso y Luis Francisco Esplá. Antes de deshacerse el paseíllo Madrid rindió un silencioso homenaje a Iván Fandiño, dejando muestra de que los 17.000 que acudían a la plaza esta vez, eran muy diferentes a los que la abarrotaron el pasado domingo. José Chacón y Marcos Prieto saludaron en el cuarto y sexto respectivamente.
Fernando Adrián rehuyó de la policía en su salida a hombros y devolvió a Madrid sus puertas grandes. Las que fusionan al tendido y un torero, que ha tocado el cielo.
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