Las Ventas -11/05/23- Toros de Garcigrande para Morante de la Puebla, Emilio de Justo y Tomás Rufo


Así fue la tarde:

Que Madrid está en decadencia, ya lo hemos oído antes.

Que Madrid ha tocado fondo, también.
 
Lo de la segunda de abono ha sido un ejemplo más de todo ello. La presentación de un ganado indecente por parte de Garcigrande, la oreja de Tomás Rufo, la puerta grande de Emilio de Justo y la vuelta al ruedo a un toro sin méritos, son las razones para seguir pensándolo.

Pero hoy vengo a hablaros del lado bueno de las cosas. Y es que hasta en los días más grises, los destellos hacen de Madrid, Madrid.

Se protestó con fuerza, como un joven aficionado no recuerda, la falta de respeto hacia un aficionado que cada vez paga más, que supuso el primero de la tarde. El ambiente se volvió hostil y en él, Morante decidió abreviar y dar muerte a semejante toro de Aranjuez. Aquí, eso no vale. Y quedó claro. Con menos fuerza se protestaron otros astados, entre ellos un tercero que reunía todas las condiciones para otra gran bronca, pero al que salvó su pintona capa. Pero ahí quedó eso.

En lo que al juego se refiere la falta de casta y fuerza fue evidente. Sobró clase y toreabilidad. Sobresalió el segundo, un toro encastado, de embestidas poderosas con el que Emilio de Justo no fue capaz de acoplarse. Un toro de dos orejas al que, con suerte, de haberlo matado, habría racaneado una. Más permitió el quinto, un gran toro que no pasó por el caballo y que con sobrada clase y ritmo si pudo cuajar por ambos pitones un Emilio de Justo que bien podría haber cortado una oreja de ley. De esas que en Madrid antes tenían importancia. Una estocada baja y poco efectiva no aplacó las ansias de triunfo de los menos habituales y al caer, se concedió una puerta grande que atisba malos augurios para lo que está por venir. Será la cuarta, pero esta, para quienes le han llevado a la cima, no es suficiente.

Si ese es el precio y el valor del cielo de Madrid, yo me quedo en sus infiernos. Eso debieron pensar los muchos que, al ver asomar los pañuelos blancos y azul, armaron la mundial. Aquí, eso no cuenta. Y quedó claro.

De vuelta al ruedo con honores habría sido una buena y medida faena de Tomás Rufo al tercero. Se le concedió una oreja tras una buena estocada. Fueron contados los naturales que sumaron de verdad, sobresaliendo uno de los que cuesta olvidar. Pero eso, aquí no es suficiente. Y las protestas, lo dejaron claro.

La actitud de Morante tampoco vale. Sin ver ninguno de sus toros y dando pie a dos broncas de ley con su mal uso en los aceros desfiló el sevillano en su primera comparecencia. Así no se viene aquí. Y le quedó claro.
 
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El resultado valdrá a Plaza 1 para sus estadísticas.

Pero que se prepare, porque el aficionado cargará pilas y volverá mañana. Aquí no hay nadie dispuesto a darse por vencido. Y eso, quedó claro.

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