Las Ventas -30/05/23- Novillos de Fuente Ymbro para Víctor Hernández, Álvaro Burdiel y Lalo de María

Así fue la tarde... 

"Ya ni Fuente Ymbro nos salva."

Algo así debió pensar el aficionado que acudió ayer a la Plaza de Toros de Las Ventas en busca de lo que no ha disfrutado aun en este ciclo: de una tarde con novillos de presentación impecable, mientras se deleitaba con su ración de casta y oportunidades a partes iguales.

Algo así debió pensar, al menos, hasta el cuarto novillo de la tarde. A partir de este se le vendría a la mente algo así como “ y para qué estamos deseando que embistan, si no los aprovechan”.

Y es que la decimoctava de feria no ha sido sino un nuevo capítulo de este desastroso ciclo isidril en que la presentación de los toros está dejando tanto que desear. Impropia, ya no de Madrid, sino de Ricardo Gallardo, a Fuente Ymbro la salvó la tarde el comportamiento de un cuarto que rompió en la muleta con entrega, desbordando a un Víctor Hernández que apostó por la transmisión en vez del mando y terminó por ver como solo sus fieles (que no acudieron pocos) aplaudían su labor. El bravo fue de dos orejas, pero se marchó con ellas. Y el madrileño, un novillero capaz -quizá sobrado-, que debería pensar más en el cuatreño que el utrero, dejó pasar una gran oportunidad, abriendo las puertas a las duda.

Álvaro Burdiel, por su parte, volvió a quedarse en un apunte de formas. Otra vez más. Y esto preocupa, puesto que a pesar de que el aficionado lo espera, el golpe definitivo del joven no termina por llegar. En este caso fueron un recibo capotero y un buen comienzo por bajo, alguna tanda sin llegar a romper y poco más. Y con eso, no es suficiente. Tampoco hubo para más.

El que si puso algo más fue, quizás, Lalo de María. Pero de otra forma. En otro concepto. Allí lo expuso, incluso llegando a calar con alguna buena tanda a un sexto que, al menos, se movió. También por encima de lo poco que dijeron sus adversarios, su actitud se vio reflejada en la muerte del sexto, sobre el que se tiró dispuesto a morir.

Los de plata volvieron a dejar los mejores momentos de la tarde.